Hoy voy a hablarte de un concepto que habrás oído hablar muchísimas veces, pero dándole un enfoque que no habrás oído nunca.

Voy a explicarte qué es realmente la procrastinación, y cuando lo sepas, podrás acabar con ella de forma mucho más fácil.

Empezemos por el principio:

¿Qué entiende la mayoría por procrastinar?

Perder el tiempo. Ser vago. Pasar demasiado tiempo en las redes sociales.

Partiendo de esta definición, poco podemos hacer para acabar con ella. Simplemente, sabemos que está ahí, y parece que la única forma de afrontarla sea con fuerza de voluntad (algo que yo no creo ni que exista).

Para entender qué es realmente la procrastinación, hay que analizar el porqué de las cosas.

¿Por qué pierdes el tiempo? Si sabes que no ganas nada, ¿por qué lo haces?

Obsérvate cuando empieces a procrastinar. Si lo haces, descubrirás que justo en el momento en que “decides” procrastinar, estás notando una pequeña (o no tan pequeña) ansiedad.

Esa ansiedad te da una pista de lo que realmente es la procrastinación.

La procrastinación es tu mente queriendo sentirse bien, cuanto antes.

Te pongo un ejemplo muy clásico de procrastinación.

Notas algo que te duele. Y con los días no se pasa. Posiblemente, deberías ir al médico. Pero cada vez que recuerdas que deberías ir, mágicamente te encuentras 20 minutos después haciendo otra cosa. Y al final, nunca llamas para pedir cita.

¿Por qué? Porque tienes miedo. Miedo a lo que el médico pueda decirte. Es así de simple.

Si lo piensas, es absurdo. Racionalmente, sabes que si fuera algo grave, lo inteligente sería ir a la primera de cambio. Pero, en cambio, pasan los días y no lo haces.

Lo que está pasando es que tu mente prefiere pensar en otra cosa, que afrontar ese miedo. ESO ES LA PROCRASTINACIÓN.

La procrastinación no es perder el tiempo, ni estar adicto a una red social. La procrastinación es huir de aquello que nos aterra, haciendo (y pensando) en otra cosa.

Es la parte más tonta de tu mente, prefiriendo ser ignorante que afrontando el miedo.

Así que, a partir de ahora, cuando estés procrastinando, no pienses en lo que estás haciendo. Piensa en lo que no estás haciendo. Piensa en por qué no lo estás haciendo. ¿Qué te aterra? ¿Qué te impide ponerte YA con esa tarea? Esa tarea que cada vez que piensas en ella, automáticamente te entran ganas de hacer CUALQUIER COSA menos esa tarea.

Puede ser miedo al fracaso.

O miedo al cambio.

O miedo a lo que nos digan otros.

Si empiezas a ver la procrastinación como lo que es, el modo de enfocar tu estrategia para no procrastinar, también cambia.

No va de hábitos. No va de fuerza de voluntad. Va de entender. ¿De qué tienes miedo? ¿Cómo puedes superar ese miedo?

Puede que el mero hecho de identificar el origen de por qué estás procrastinando, ya te ayude a acabar con ella.

Como acabar con la procrastinación

Acabar con la procrastinación consiste en tomar consciencia de tu propio miedo, entender cómo funciona tu mente, y tener estrategias que te ayuden a no dejarte engañar.

1. Descubre tu miedo

El primer paso es entender el origen. Pregúntate: “¿De qué tengo miedo?”

Cuando descubras la respuesta, tu mente tendrá un poco menos de poder sobre ti. Ya no verás esa tarea como una carga, sino como un reto a superar.

Por ejemplo:

Me gustaría aprender a dibujar. Y nunca me pongo.

¿Por qué? ¿De qué tengo miedo?

Tengo miedo al fracaso. A sentir que no valgo.

¿Y si no dibujas nunca, ese no sería el peor fracaso de todos? Si el “no” ya lo tienes… ¿De qué sirve que estés postergando?

2. Afronta el reto como un proyecto y sus tareas

A la procrastinación le encanta lo abstracto, lo inconcreto. “Debería hacer esto algún día”

Cambia el lenguaje. Coge la tarea, y ponle una fecha y una hora. Di “Haré esto tal día a tal hora”

Comprométete y hazlo. Ponla en el calendario. Ponte un recordatorio. Ponte cinco recordatorios. Que duela. Pídele a un amigo que te ayude. Pero haz esa maldita tarea.

Y luego te sentirás muy bien. Como si te hubieras quitado un peso muy grande de encima.

Cógele el gustillo y pasa a la siguiente tarea.

En el viaje que es esta vida, el miedo puede ser una brújula que nos indica el camino más interesante, el de mayor crecimiento.

Hay que presuponer que solo se vive una vez, así que deja de postergar tus proyectos para otra vida. Y actúa.

Y recuerda: No intentarlo es el fracaso más grande.

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