Llevo más de 10 años dándole vueltas a esto, y he llegado a la conclusión de que hay solo dos aprendizajes para avanzar en la vida. Todos los demás son derivados.
Teniendo estos dos aspectos en cuenta, puedes acelerar tu crecimiento de forma estrepitosa. Y lo mejor es que no son paridas ni flipadas. Son cosas que te parecerán triviales y obvias una vez las sepas.
Empezaré representando tu vida con un dibujo hiperrealista. Aquí lo tienes.
Esta es tu vida.
El objetivo es avanzar hacia tu destino final, sea cual sea.
El primer aprendizaje
Imaginemos que estás parada y quieres avanzar. ¿Qué harías? ¿Remar? ¿Soplar las velas? ¿O empezarías levando el ancla?
La respuesta es obvia. De nada sirve estar dedicando energías a avanzar, si hay algo que te impide avanzar, que te encalla. Luchar a contracorriente es perder el tiempo y la energía.
Este es el primer aprendizaje. Es mucho más importante liberarte de ataduras, pesos, obstáculos y anclas, que lo que hagas luego.
Si el barco fluye libremente, por lo menos avanzarás algo. Puede que no sepas donde vas, pero por lo menos ya no estás parada.
¿Qué son esas anclas en la vida real? Creencias limitantes.
Las creencias limitantes son pensamientos que nos convencen de que no podemos lograr algo, restringiendo nuestro potencial y posibilidades en la vida.
Hay muchos tipos de creencias limitantes, y podríamos estar hablando horas y meses sobre este tema. Te dejo algunos ejemplos para que te hagas una idea de por donde van muchas veces:
- Creencias limitantes relacionadas con el dinero: “El dinero es malo”, “te corrompe”, “la gente se hace rica pisoteando a los demás”
- Creencias limitantes relacionadas con el trabajo: “No valgo”, “Para hacer esto debería tener un título universitario”, “no hay trabajo”…
- Creencias limitantes relacionadas con la felicidad: “Si no tengo X no podré ser feliz”, “No puedo confiar en los demás”, “Las relaciones de pareja siempre terminan mal”…
Hay muchas más. Pero todas hacen la misma función. Son un lastre que debes cargar y que te impiden avanzar.
Debes encontrar el modo de acabar con ellas.
Otra ancla que a veces tenemos en la vida, son las personas con las que te relacionas. Si tu vida está llena de relaciones tóxicas, olvídate de intentar superarte, adquirir nuevos hábitos, o salir de la zona de confort.
Hay que empezar quitando lo malo. Luego ya meterás lo bueno.
El segundo aprendizaje
Una vez has quitado el ancla del barco, ya eres libre para navegar a donde quieras.
Pero, ¿cómo vamos a llegar a nuestro destino?
Allí a fuera, hay miles de cosas que no controlamos. Hace la temperatura y la humedad que hacen. El viento sopla donde le da la gana. Las corrientes marinas son complejas y no las conocemos. Y para colmo, mires hacia donde mires, solo se ve mar.
Pero… pese a todas estas incógnitas, antes de los GPS y los motores, ¿los barcos llegaban a puerto, no? ¿Cómo lo hacían?
Porque, pese a que el 90% de lo que pasaba a su alrededor, no lo controlaban (viento, mareas…), eran capaces de adaptarse para utilizar el entorno a su favor.
Girando las velas, izándolas, o ajustando los aparejos, o si hace falta remando, eran capaces de avanzar hacia su destino. INDEPENDIENTEMENTE de como soplase el viento. Y de noche, utilizaban las estrellas para orientarse.
Eso es lo que debes hacer tú con tu vida.
El segundo aprendizaje, es que te olvides de todo aquello que no puedas controlar, y te centres en hacer lo que puedas con lo que se te ha dado.
Eso significa que explotes tus virtudes, que descubras cuáles son tus tipos de inteligencia y los uses. Que no tengas miedo a cambiar cosas de tu vida.
Haciendo esto, pasas de una actitud pasiva y victimista, a una actitud activa, que coge el toro por los cuernos.
Creo realmente que explotando estos dos aprendizajes, puedes conseguir cualquier cosa. Siéntete empoderada. Porque tienes lo que hay que tener. Nunca te ha faltado.
Sal de la zona de confort, porque tienes recursos de sobras para adaptarte, aprender, corregir, y volver a intentar.
Atrévete, porque es mucho más arriesgado no hacer nada, que hacer algo. Porque lo peor que puede pasar es que vuelvas a donde estabas.
Hay un emprendedor dentro de ti. Un viajero. Un aventurero deseando salir y ver mundo. Descubrir todo lo que puede darte.
Porque cuando haces cosas, pasan cosas buenas.
Dado que hay tantísimos aspectos a tener en cuenta en la creación de tu pequeño negocio no saber por dónde empezar. Esta plantilla te ayudará a definir y clarificar tu proyecto.